Íbamos a empezar el día haciendo el examen de matemáticas pero ha ocurrido algo bastante extraño: los exámenes no están en el armario y la profesora tampoco los encuentra en su ordenador. Dejando a un lado el misterio del caso, quiero señalar cómo en numerosos momentos de la vida del maestro, aunque lo tengas todo planeado al dedillo, muchas veces es necesario recurrir a la improvisación, por lo que, mientras la profesora seguía buscando los exámenes, los alumnos han aprovechado ese tiempo para hacer la tira de papel con una frase célebre de algún autor sobre la lectura para el Día del Libro que, por cierto, celebramos hoy. Esto no les ha llevado mucho tiempo, así que han seguido con la presentación en sus carpetas y cuadernos del siguiente tema de Lengua, anotando el título del mismo con letra bonita y elaborada y echando un ojo al contenido.
El desenlace del misterio de los exámenes desaparecidos ha sido el siguiente: no han aparecido, ni los impresos ni el documento del PC, así que la maestra le ha rehecho y se han impreso nuevamente. Al final los niños no se han librado de hacer hoy el examen de matemáticas.